Resumen
El castillo de La Calahorra (Granada), fue un bastión que estuvo muy operativo en los poco más de dos años que duró la rebelión y guerra de los moriscos. Bien abastecido de alimentos y armas, fue controlado al principio por el gobernador del Marquesado. Se analiza el asedio que sufrió al comienzo de la contienda y las algaradas comarcales que desde él se organizaron para atajar a los insurgentes. Posteriormente pasó a ser punto estratégico en el desarrollo del resto de la guerra y su gestión fue asumida por el estado mayor de las tropas cristianas, pasando a cumplir diversos cometidos: lugar para el acantonamiento de tropas, especialmente del marqués de los Vélez, presidio de mujeres y centro de intendencia.
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