Resumen
En 1902, en Huéscar, el registrador de la propiedad Pedro López Carbonero convirtió −mediante una elaborada obra de ingeniería− un viejo molino harinero de piedras, del siglo XVI, en la primera fábrica de luz de la ciudad. Casi al mismo tiempo, construyó la fábrica de harinas La Pasiega, en la que introdujo, de manera totalmente novedosa en la época y en la comarca, las máquinas para la molienda equipadas con cilindros. Mediante estas y otras empresas, transformó −con su convicción humanista, seguidora de la Institución Libre de Enseñanza− las relaciones laborales, así como las normas sociales de su época.
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Derechos de autor 2022 Boletín del Centro de Estudios "Pedro Suárez"